A mis alumnos universitarios...

No importa cuándo leas este discurso, el agradecimiento siempre estará vigente hacia mis alumnos, por haberme enseñado ellos tanto durante los más de 30 años que he dedicado a la docencia universitaria


Primero quiero agradecer a mis alumnos de la Cátedra de Derecho Tributario la designación que como su padrino me han hecho, lo que constituye un inmenso privilegio, sentimiento que sé, es compartido por los demás profesores que ostentan tal designación de parte de los egresados que hoy nos acompañan. 

De seguidas, quiero agradecer por la oportunidad que se me ha dado de representar a mis colegas profesores padrinos de las diferentes promociones que son partícipes de este importante acto académico. 

En este inédito ejercicio de reflexión y motivación que me han encomendado, he buscado apoyo de muchas personas, amigos, colegas y familiares. 

Por supuesto, también he echado mano de las nuevas tecnologías y por insólito que parezca, pude descubrir que existen incluso páginas web que ofrecen tips, recomendaciones y guías para la elaboración de un discurso de fin de grado, donde en líneas generales todos te señalan la importancia del momento, lo breve del discurso y lo inspirador. 

Es decir, poquito pero impactante. 

Vivimos en un mundo lleno de facilidades, de múltiples y diversos recursos. Para algunos ello es factor determinante en la denominada flojera colectiva que embarga o parece embargar a muchos. Para otros es la demostración de que  no importa cuanto nos hayan enseñado, de cuanta información dispongamos, de cuantas herramientas podamos echar mano, al final nuestro éxito dependerá en gran medida de nuestra actitud frente a la vida, dependerá de nosotros.

En el trabajo de seleccionar las palabras, frases, comentarios e ideas a desarrollar en esta breve intervención, me han llegado fragmentos de los recuerdos de mi experiencia propia, vivida en el año 1992 cuando me correspondió ocupar el lugar que hoy ustedes asumen. 

Recuerdo que la emoción era mucha, para todos. 

No olvido las expresiones de satisfacción de nuestros familiares, esa mueca inocultable de orgullo y felicidad, incluso de alivio, por ver a un hijo, a un sobrino, a un nieto, un hermano, un ahijado o un amigo, y hasta a un padre o una madre, obteniendo el título que le acreditaba la culminación del ciclo de formación universitaria, sus miradas realmente dejaban evidencia del esfuerzo, el sacrificio y el apoyo, no sólo durante los últimos años de estudio en la universidad de sus representados, sino como en muchos de los casos, desde mucho tiempo atrás, cuando apenas estos dieron un primer respiro de aire, luego de tener el cobijo del vientre de sus madre. 

¿Quién diría, que desde la época en que les tocó cambiar un pañal o amamantar a ese niño o esa niña, pasarían tantos años para finalmente estar en su acto de grado universitario convertidos en una tentativa de la promesa de progreso particular, de sus familias y del país?

Por su parte la expresión de los profesores y autoridades académicas que acompañaban a los graduandos en el acto, a pesar de estar acostumbrados a los oficios de las graduaciones, no podían ocultar su satisfacción por sentirse autores intelectuales y materiales de uno de los procesos más relevantes en la vida de una persona, como lo es el estudio y el aprendizaje universitario, el desarrollo humano con todas sus implicaciones, y por qué no decirlo, también con todas sus complicaciones.  

Por supuesto, los graduandos, llenos de emoción, alegría y satisfacción de haber logrado una importante meta, quizá para ese momento la más importante en sus vidas. 

Algunos recordaban los días de sacrificio con la lectura abundante de tantos textos y citas, las clases, exámenes y la ansiedad de la recepción de notas de alguna evaluación, otros recordaban el compartir con amigos y compañeros de clases, haciendo equipos que fortalecieron lazos de amistad y camaradería, algunos otros, recordaban más bien las parrandas, quizá eran los mas preocupados por el cambio de estatus y la responsabilidad que implicaba terminar el ciclo de formación y la inminente salida de la universidad, el cambio de rol, para enfrentarse a un mundo muchas veces incierto. Había de todo y para todos.

Asumo que hoy no es tan distinto el cuadro con el cual pude retratar aquella oportunidad de mi propia graduación. 

Estoy seguro de que a ustedes mis estimados graduandos y a sus familiares y amigos, así como a los profesores y autoridades presentes, les embarga un sentimiento de realización, de haber cumplido cada quien con un objetivo propuesto, de haber contribuido desde su tribuna con la labor de su formación académica para la vida y el trabajo, ustedes mis preciados graduandos son la mejor prueba de ello.

Pero si lo que han logrado les parece meritorio, les parece un gran esfuerzo, una importante etapa de sus vidas, ciertamente lo ha sido, pero apenas es un ápice de lo que viene, apenas es un paso en la larga caminata que les espera y se les exige en su vida. 

Luego de este acto serán reconocidos como profesionales universitarios, dejarán de ser bachilleres universitarios y con este nuevo título se abren para ustedes múltiples tareas y compromisos, con ustedes mismos, con sus familias, con su Universidad y sobre todo con su comunidad, su país y el mundo.

Han sido formados en el seno de una de las instituciones universitarias de mayor prestigio y solidez, han sido nutridos con los conocimientos y prácticas para su desarrollo profesional, que apenas comienza el día de hoy. 

Llevan con ustedes una semilla esplendida que se desarrolla en el principio de formación ignaciana, que nos nutre de vocación humanista y solidaria, con preponderancia en la intelectualidad, el estudio y la formación, no para servirse de ellas, sino para servir a los demás y con ello acercarnos más a nuestro creador y su magnífica obra.

Llevan también a cuestas una herencia y la obligación de mantenerla y desarrollarla, ese legado que tenemos todos los que nacemos en los parajes de la América Latina,  nacida del fragor de una lucha independentista que enarboló los más sublimes ideales de libertad y justicia, aun una utopía que nos motiva a seguir buscando el bienestar de nuestros pueblos sumidos muchas veces en la subestimación y complejos que colocan techo bajo a sus aspiraciones de progreso.  

El recorrido apenas comienza, no será fácil, apenas le hemos dado algunas herramientas,  provisiones y una orientación para el camino que les toca recorrer. 

Dependerá de ustedes destacarse en el ejercicio de las profesiones que han escogido, sus familias, su país y el mundo les exigen que sean excelentes, dedicados, honestos, los mejores de una estirpe que se comprometa a orientar el cambio que nos permita lograr un desarrollo sustentable, en armonía con el medio ambiente, con la inclusión, la justicia y la solidaridad social como bandera y meta. 

Ustedes deberán dar testimonio al final del camino, sobre si se sienten satisfechos con lo logrado. Pero para garantizar esa satisfacción es necesario el mayor y mejor esfuerzo durante su recorrido, la constancia y sobre todo la decencia para no torcer sus valores más elevados.

Y en ese intento por recorrer, por llegar, no pierdan la gran oportunidad que representa ser parte de una comunidad como lo es la UCABISTA, no son extraños entre ustedes, aun cuando hayan tomado diferentes carreras, son miembros de una gran familia, y no dejen de serlo, sino más bien reafirmen el compromiso de mantenerla y enaltecerla. 

Manténganse en contacto entre ustedes, fortalezcan sus relaciones en función de la interacción social, encuentren las formas, dennos ejemplo, sean creativos, mejores ciudadanos embajadores de los valores UCABISTAS.

Para finalizar, estimados graduandos, les deseo el mejor de los recorridos, les deseo la felicidad que anhelan, estando seguro de que ustedes serán parte del futuro que nos deparará un mundo mejor.  

Éxito!!!

Buenas noches.

Camilo London

Gerencia y Tributos
Discurso dirigido a los graduandos en representación de los profesores que fueron designados como padrinos de las promociones en acto de grado en la UCAB GUAYANA en el año 2011.