En medio del clima de descalabro político que vive el país ante lo que muchos entendemos como la ruptura del hilo constitucional por la reiterada y sistemática violación de los principios y fundamentos que rigen al Estado, la actividad empresarial debe sortear múltiples escollos en materias diversas como la económica, salarial, regulaciones excesivas, a lo que debe sumar también el problema de la inseguridad, tanto personal como de sus bienes, ante la acción de una desbordada delincuencia. Todo ello atribula al sector productivo, como a todo ciudadano de esta patria.
Ya de por sí alarmantes las cifras de robos y atracos en establecimientos comerciales e industriales en Venezuela, que mantienen bajo un régimen atroz a los que asumieron el difícil rol productivo en el país, ahora se adiciona la cada vez más frecuente acción de saqueadores que por una razón u otra, arremeten contra bodegas, comercios, galpones y vehículos de carga para hacerse de bienes que estos contienen. La pequeña y mediana empresa son los principales afectados por el saqueo.
La ya raquítica estructura productiva del país luego de una década y media de un cerco que terminó logrando su reducción para dar espacio al modelo inspirado en la trágica aventura del siglo XXI; que resultó, como era de esperarse, incapaz de atender de forma eficiente los requerimientos de la población por bienes esenciales que terminan siendo suplidos por la producción fuera de nuestras fronteras; ahora se exponen a perder lo poco que les queda de manos de particulares corsarios que el Estado es manifiestamente incapaz de controlar, sino, más bien por su omisión termina siendo permisivo de tales conductas. Sin querer entrar a valorar la motivación que está detrás de los saqueadores, lo que es innegable es que con ello se está afectando al empresariado nacional, su capacidad de generar bienes y servicios para satisfacer necesidades, las fuentes de miles de empleos y la moral entera del país.
Pero no termina allí el viacrucis del sector empresarial, faltaba la corona de espinas, y esta fue obra previa del Ejecutivo Nacional que en la reforma del artículo 27 de la ley de Impuesto sobre la Renta de noviembre del año 2014, dispuso que las pérdidas del contribuyente en bienes del inventario de producción o productos para el comercio, no serán reconocidas como parte de las deducciones destinadas a cuantificar la renta neta. Con ello, tales pérdidas deberán pagar además, impuesto a la renta inexistente. El no reconocer que las pérdidas en mercancía por causas fortuitas no atribuibles a la responsabilidad del contribuyente, constituyen de forma cierta y objetiva una afectación directa a su patrimonio y su capacidad económica, se traduce ello en la violación al principio de capacidad económica y al derecho a la propiedad, que resulta en una acción confiscatoria por medio del tributo.
La medida tributaria toma visos realmente cínicos cuando es el propio Estado el que está obligado a garantizar por mandato constitucional la seguridad personal y los bienes de los ciudadanos. Su ineptitud en lograr ese fin viene afectando a toda la población que se encuentra a merced del hampa, y ahora en suma, se castiga al afectado sin reconocer dichas pérdidas en la oportunidad de medir el resultado económico de sus operaciones.
El sabotaje a la acción de los diputados representantes de los ciudadanos en función legislativa y de control desde que asumió la nueva Asamblea Nacional, ha traído como consecuencia entre otros tantos descalabros institucionales, que este y otros temas relevantes en materia económica para establecer el marco regulatorio de la función productiva, se haya obviado. El momento político parece no dar cabida para el entendimiento nacional en temas de economía y producción nacional, con lo cual se sigue beneficiando a las estructuras parasitarias que alientan la importación de bienes en detrimento del país.
Como ya lo he señalado en anteriores oportunidades, no solo en este espacio de GERENCIA y TRIBUTOS, sino en otros medios electrónicos e impresos donde se me pide concurso, así como en foros en los que he tenido el privilegio y responsabilidad de asistir; debemos atender con urgencia lo atinente al sistema de regulación asfixiante del sector productivo, que nos lleva aceleradamente a una situación de mayor calamidad y atrofia que nos imposibilita atender necesidades de bienes y servicios que demanda nuestra población.
Corresponde en gran medida al gremio académico, social, profesional y empresarial como instancias de organización ciudadana, impulsar los análisis y propuestas de cambio, que junto al que se de en materia política, permita perfilar estrategias y acciones inteligentes en los campos relevantes de la economía y la producción, para encontrar el camino de progreso que el país anhela y merece. En este ámbito no se debe olvidar uno tan relevante como el tributario.
Gerencia y Tributos
Buenos días estimado colega me gustaría saber cuáles son sus propuestas para ese cambio en camino a perfilar las estrategias más convenientes hacia una recuperación del sector empresarial ante tantos actos vandalicos que han afectado su patrimonio y trabajadores
ResponderEliminarEstimado Colega. Me gustaria saber cuales son sus propuestas para perfilar esas estrategias de cambios inteligentes ante un sector empresarial contraído no solo por actos de saqueos sino también objeto de expropiaciones y cierres ante la imposibilidad de continuar con su actividad empresarial. De antemano muchas gracias
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